Si hacemos caso a la definición estricta del término escapada, vemos que no es otra
que “el abandono temporal de las ocupaciones habituales, generalmente con objeto de divertirse o distraerse”. Teniendo esto en cuenta y si asumimos que no tenemos porqué escoger destinos muy alejados, cualquier “finde” o fin de semana largo puede ser una opción perfecta para tomarnos un respiro.
Compartimos a continuación las ventajas y la importancia de escaparse en familia no “solo” en vacaciones. ¿Nos acompañas?
- Romper con la rutina y con el ritmo frenético diario.
En la actualidad vivimos a contrarreloj. El día a día se llena de jornadas interminables de trabajo, actividades, compromisos… Y de vez en cuando es necesario “romper” con ello y salir de esa rueda.
A menudo ni los fines de semana se destinan al descanso; ya que cuando nos quedamos en nuestro lugar de residencia las agendas del sábado y domingo se llenan de partidos, visitas de familiares, invitaciones de amigos…
Así que de vez en cuando está bien tomarse un descanso y respirar.
2. Encontrar momentos “isla” para comunicarnos en familia.
Aunque a veces no nos paremos a pensar en esto porque realmente vemos a los miembros de la familia a diario, no siempre el tiempo con el que contamos en el día a día es tiempo de calidad. Las rutinas y el ritmo vertiginoso hacen que no podamos comunicarnos adecuadamente entre nosotros. Algo que es de gran importancia porque la mayoría de los problemas entre miembros familiares surgen a raíz de una mala comunicación o de la falta de ella.
Es por esto que las escapadas a lo largo del año sirven para construir puentes y buscar momentos “isla” en los que la familia encuentre calma y tranquilidad. Al cambiar de escenario y disponer de tiempo libre, sin preocupaciones, el estrés disminuye y la comunicación fluye más.
3. No poner todas las expectativas del disfrute familiar en un único momento al año.
Como en todo, es mejor no poner todos los huevos en la misma cesta. Si además de las vacaciones de verano conseguimos encontrar otros momentos al año en los que “escaparnos”, la presión de que “todo tiene que salir perfecto” disminuirá. Porque no nos la estamos jugando todo a una carta. Porque habrá más instantes en el año en el que crear momentos bonitos para guardar en la mochila de los recuerdos.
4. Disfrutar de lo que ofrecen otras estaciones como la primavera, el otoño o el invierno.
Ver como florecen los campos o como se tiñen de colores imposibles en otoño es una de las ventajas de hacer escapadas en esas épocas del año. Aunque el buen tiempo del verano permite disfrutar al 100% y nos ofrece actividades acuáticas, no hay que infravalorar otros momentos que sin duda tienen mucho encanto.
Por ejemplo, hay un montón de opciones para hacer en familia en la nieve. O disfrutar de la temporada de setas en otoño. Sin olvidar la cantidad de travesías y rutas de senderismo que están a nuestro alcance durante todo el año y que son perfectas para hacer por ejemplo en primavera, cuando los días son largos pero el calor todavía no aprieta tanto.
5. Más oferta, más tranquilidad, mejores precios.
“Escaparse” en épocas del año distintas a las convencionales hace que se encuentren muchas ventajas a nivel logístico y de tarifas. Si podemos ser flexibles en fechas seguro que encontraremos muchas ofertas a las que poder acogernos, como la del hotel Jou Nature “Fines de semana de primavera en familia”; por no hablar de que fuera de los periodos vacacionales hay más tranquilidad y más probabilidades de escoger el alojamiento y las actividades que prefiera cada familia.