Lo que está claro es que en contextos como el de la crisis del COVID-19, en el que el mundo pasó de ser offline a online, la sociedad abrazó y se volcó en las redes sociales y en las tecnologías para estar conectados, en un momento en el que la coyuntura exigió cambios que ayudaran a “normalizar” esa nueva situación. Los beneficios en cuanto a lo que se refiere al teletrabajo y a conectar las relaciones con familiares y amistades son indiscutibles.
Pero… ¿qué implicaciones tuvo esos cambios en los hábitos de consumo de los menores? Sin duda alguna, uno de los colectivos más afectados durante el confinamiento fueron los niños y niñas. El lockdown hizo que las actividades al aire libre, extraescolares y planes con amigos se esfumaran. ¿Y qué consecuencias tuvo esto? Datos extraídos de un estudio llevado a cabo por Qustodio tan significativos como estos (estudio realizado a familias con hijos e hijas entre 4 y 15 años de España, EE.UU y Reino Unido):
- Desde el comienzo del COVID-19 el consumo de redes sociales por parte de los menores de edad supuso un 76% más.
- En 2020 el uso de las aplicaciones educativas creció un 54%, siendo España la región donde más aumentó (alcanzando los 17 minutos diarios).
- Se incrementó un 25% (es decir, una media de 45 minutos diarios) la exposición diaria a las aplicaciones de vídeo online.
- Netflix consiguió 25 millones de nuevos suscriptores en la primera mitad de 2020.
Un estudio llevado a cabo por Kelisto.es muestra que la población comprendida entre los 12 y 17 años presenta una adicción a las redes sociales de entorno al 18%. Estos datos se relacionan a hábitos como estar conectados más de dos horas al día, tener más de 500 amigos online o jugar con el ordenador más de 2,6 horas al día. Todos estos comportamientos pueden ser indicios de poder desarrollar una conducta disfuncional.
Es necesario plantearse cómo afecta el uso de las redes sociales en los menores. Este colectivo es extremadamente vulnerable y se debe poner foco para evitar los peligros que un mal uso de estas herramientas puede ocasionar.
Cinco principales peligros del uso de las redes sociales en menores y adolescentes
1. Adicción:
Un uso desmedido de las redes sociales les quita tiempo para destinar a otras actividades y a relacionarse con amigos y familias en su día a día. Los llamados nativos digitales encuentran en las redes sociales una nueva vía para interactuar. Desde que nacen están rodeados de dispositivos y crecen viendo a sus mayores hacer uso de ellos.
José M. Martínez Sánchez, epidemiólogo y jefe del Grupo de Evaluación de Determinantes de COVID-19 de la Universidad Internacional de Cataluña (UIC) comenta que “el uso cada vez más frecuente de las pantallas está relacionado con un número insuficiente de horas de sueño y con un mayor riesgo de sufrir problemas emocionales y de comportamiento en la población infantil”.
2. Ciberbulling:
Esta práctica de acoso tiene como característica común el hecho de que quienes la sufren suelen tener alguna diferencia física o emocional. Coge todavía más fuerza cuando se trata del ciberbulling, por el anonimato que permite ejercer esa forma de violencia de forma virtual; sin necesidad de dar la cara.
3. Grooming:
Un tipo de acoso sexual que se lleva a cabo a través de Internet. Este tipo de prácticas se generan cuando un adulto intenta ganarse la confianza de un menor desde una red social, para manipularle con una finalidad sexual: consiguiendo vídeos, fotos… que luego usará para chantajearle y extorsionarle.
4. Fakes News:
Las fakes news están a la orden del día. Si para un adulto es complicado a menudo distinguir si lo que está viendo es real o no, todavía es más complejo para los menores de edad. Las noticias falsas corren como la pólvora por las redes sociales, que son las herramientas perfectas para viralizar.
Los menores de edad son vulnerables en este contexto, y es importante ayudarles a saber distinguir una noticia real de la que no lo es, con vídeos como este de Internet segura for kids.
6. Distorsión de la realidad:
Las redes sociales están llenas de influencers que muestran, la mayor parte de las veces a través de filtros, su día a día. Estos filtros distorsionan la realidad provocando inseguridades en los menores e impactando directamente en su autoestima.
Aquí os dejamos algunos datos que se extraen de un estudio llevado a cabo por la marca de cuidado corporal Dove entre más de 500 niñas con edades comprendidas entre los 10 y los 17 años:
- Un 72% de las niñas españolas a los 13 años ya se han descargado algún filtro o aplicación de retoque.
- Una de cada cuatro jóvenes no se ve lo suficientemente bien si no edita sus fotografías.
- El 20% admite sentirse decepcionada en la vida real por no tener el mismo aspecto que el de las fotos que sube a sus redes sociales.
1. Predicando con el ejemplo: Es importante que los mayores hagan un buen uso de las tecnologías y de las redes sociales. Ser respetuoso con lo que se publica y con lo que se consume.
2. La alfabetización digital: El hecho de que sean una generación nativa digital no quiere decir que sepan cómo proceder en todo momento. Hay que enseñarles para que aprendan lo imprescindible para que su paso por las redes sociales sea lo más seguro posible. Básicos como el hecho de que nunca deben compartir sus datos personales a través de internet, o no hablar con extraños (como tampoco lo harían por la calle) son conocimientos que sin duda permitirá una integración correcta en las redes sociales.
3. Control: Para ello hay que estar informado de temas básicos como a partir de qué edad se puede utilizar cada red social. José Martín Aguado, profesor de adolescentes y colaborador de empantallados.com arroja información al respecto:
- 14 años para Instagram
- 13 años para Tik Tok
- 16 años para Whatsapp
- Es necesario estar pendiente de lo que publican y estar cerca cuando usen internet (sobre todo en el caso de los más pequeños).
- Mantener la cámara web siempre apagada.
- Pactar normas de uso.
- Contar con un buen antivirus y un bloqueador publicitario.
- Echar mano de los sistemas de control parentales.
Es importante para todos los ámbitos de la vida (no solo en este contexto que nos ocupa) trabajar el autoestima y la confianza en el menor. De esta forma se asentarán los pilares que les permitirán no tambalearse al recibir el aluvión de inputs que inevitablemente traen las redes sociales.
Pasar tiempo de calidad en familia es imprescindible para que la comunicación fluya y para detectar posibles conductas derivadas de un mal uso de las redes sociales. A menudo es importante salir de la rutina diaria y encontrar espacios y tiempo de calidad en familia. El aire libre y un entorno natural y sin distracciones sin duda son los aliados para que este escenario suceda.
En El Jou Nature estaremos encantados de atenderte y de explicarte todas nuestras propuestas de ocio familiar para vivir, disfrutar y descubrir nuevas experiencias en familia.